Carisma

El Espíritu Santo reparte los carismas en la comunidad cristiana para edificar el Pueblo de Dios y estos dones son esenciales en la experiencia de fe. Madre Eduviges Portalet, desde una experiencia espiritual, recibe el carisma del Espíritu. En el momento elegido por la Providencia Divina, ella experimentó a Dios como Luz, primero para los ciegos y luego para la diversidad de personas, que por su egoísmo andan en tinieblas o por la injusticia de otros son sumidos en la oscuridad.

Esta experiencia espiritual se enriquece con el carisma dominicano, “Contemplari et contemplata aliis tradere” contemplar y dar a otros lo contemplado, he allí la clave del dominicanismo que bien supo nuestra madre descubrir; es la Eucaristía, la celebración más grande, más profunda, más elevada, la más rica y magnífica para el ser humano; donde se vivifican el corazón y el espíritu de la Luz y la Verdad de Cristo, experiencia que impulsa a la existencia a predicar esa Verdad y a ser portadora de la Luz que es Cristo.

“Predicar la Verdad y portar la Luz de Cristo”