Horizonte de Santidad
Toda criatura creada por Dios, nace con un proyecto de vida, como nos lo recuerda la frase de San Agustín: “Nos creaste para ti Señor y nuestro corazón anda inquieto hasta que descanse en ti”.
Nosotros somos las criaturas y Él nuestro creador, una DIC, constantemente busca cumplir en su vida los propósitos del corazón del Padre para ella. Recordando el llamado que nos hizo en las palabras de Cristo. “Sean Santos como vuestro Padre lo es”. Estas palabras, nos hacen recordar la meta a la que todo hijo de Dios está llamado de manera especial una consagrada DIC, que libremente quiere vivir a imitación de Jesucristo, obediente, pobre y casto.
Siendo toda de Cristo, el alma puede de manera más clara transparentar el mismo corazón de Dios a toda la humanidad. Una ruta sencilla. Cuanto más cerca de Cristo esté la criatura, tanto más será capaz de ser otro Cristo para sus hermanos. Es este el camino que hace una DIC, como lo hizo Nuestro Padre Santo Domingo y como lo hizo Nuestra Madre Eduviges Portalet. Ser santos consiste en amar como Jesús, perdonar como Jesús, enseñar la verdad como lo hizo Jesús, teniendo en cuenta que la verdad es Él, orar como oro Jesús, confiar totalmente nuestra vida en las manos de la Providencia de Dios quien con su luz ilumina las tinieblas del mundo y las nuestras también. “Predicar la Verdad y portar la Luz de Cristo”, un camino espiritual que la familia DIC comparte contigo para que también tú alcances la meta tan añorada, el cielo, único fin de nuestra vida.